El otro día me recomendaron un receta que consistía en unos pinchos de pollo adobados con soja combinados con jengibre caramelizado, así que este fin de semana me decidí a probar a hacerlos (antes buscando ese jengibre dulce en el puesto de frutos secos del mercado) sorprendiéndome muy gratamente el intenso y para mi desconocido sabor del jengibre.
Así que me he decidido a buscar algo más de información acerca de él y me ha asombrado la cantidad de propiedades beneficiosas que se le otorgan. Así, entre las propiedades de este tubérculo originario de Asia se encuentran:
– Analgésico y antiinflamatorio (aplicado externamente)
-Hipolipemiante, reduce los niveles de colesterol y tiene un leve efecto anticoagiulante.
-Tónico circulatorio, mejora el riego sanguíneo por su efecto vasodilatador.
-Remedio natural contra cefaleas, jaquecas, migrañas, naúseas, resfriados, etc.
El jengibre se puede encontrar en forma de la raíz fresca para utilizar como condimento en la cocina o dulce como yo lo encontré, seco (para infusiones) o en polvo. Os recomiendo que probeis este aromático condimento y pongais en práctica la receta que a mi tanto me sorprendió.
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